River Plate
Me veo obligado a escribir estas palabras no como el periodista deportivo que nunca fui, ni como el gran periodista de opinión que tampoco soy, sino simplemente como un hincha dolido hasta el fondo de su corazón que no encuentra más que en este espacio un lugar para compartir la angustia que lo invade desde aquel sábado en que River entro en promoción.
No voy a hablarles igual de lo desgarrador que fue ese momento, de lo mucho que lloré, ni a describir el ambiente de caos generalizado que como nunca se vivió en el Monumental. Todo eso ya lo vivieron y lo saben porque estuvieron ahí o al menos lo vieron por la televisión. De lo que necesito hablar ahora es justamente de la crisis de River.
Voy a comenzar aclarando que no me gusta mucho Passarella (de hecho ni lo voté), pero realmente, ¿Quién tiene la culpa de esta situación de River? Passarella tiene su cuota de culpa, por supuesto, como presidente del club. Pero yo me refiero a la verdadera culpa, me refiero al responsable del deterioro deportivo, institucional, económico y financiero de River.
¿Acaso la culpa de esta promoción es de los pibes que apuramos para que debuten antes de tiempo y se hagan cargo de este martirio que heredaron? ¿O de viejos emblemas, jugadores consagrados como Almeyda y Carrizo, que volvieron a prenderse fuego en esta situación que nunca se había vivido en el club? ¿No será que la culpa la tiene una dirigencia que durante ocho años vacío el club, entregó la institución y encima hipotecó el futuro de River vendiendo a sus promesas en un vuelto a un grupo privado, que luego las llevaron a Europa por millones de dólares? Señores, es claro que el principal responsable de este presente tan negro para una institución tan grande es el Sr. José María Aguilar, Mario Israel y toda su dirigencia (muchos de los cuales aún siguen dentro del club cumpliendo otras funciones: HAY QUE SACARLOS YA). Estos tipos se hicieron millonarios destruyendo el sueño del 38% de la población del país (que somos los hinchas de River) y andan libres de culpa disfrutando de lo que nos robaron.
¿Y saben qué es lo peor? No son sólo ellos los principales culpables. Con lo que voy a decir a continuación corro el riesgo de ganarme la antipatía de muchos hinchas de River pero no me importa, es lo que pienso y me hago cargo. Creo que el segundo principal responsable además de la dirigencia, es la hinchada: Los Borrachos del Tablón. Estos últimos se hicieron millonarios durante los dos periodos de Aguilar. Se hicieron millonarios con la plata de las cuotas sociales de los socios, con las ventas tan sospechadas de los jugadores de River, con la reventa de entradas, y con una lista interminable de negociados por fuera de la ley.
Yo soy socio de River, y con mi primer sueldo trabajado no me compré ropa, no inicié el pago de una computadora, ni el pago de un auto ni nada de eso. Con mi primer sueldo tuve el orgullo de decirle a mi familia que de ahora en más yo me iba a hacer cargo de pagar mi cuota de socio de River. Fue el primer gasto que asumí por mi mismo y orgullosamente feliz porque para mi eso no es un gasto, es una inversión al club que tanto quiero y es mi forma de contribuir en River.
En cambio, estos tipos que tanto dicen querer a River. ¿Qué hacen por él? Lo único que hicieron fue hacerse millonarios por ir a alentarlo (que encima, cualquier socio paga por eso). Dicen que tanto quieren a River, que darían la vida por los colores y no se cuanto palabrerío más, pero la única realidad es que fueron cómplices de la destrucción del prestigio de uno de los clubes más grande del mundo. Ellos no dan la vida por River, dan la vida por sus intereses económicos y por el poder que les da ser la hinchada de uno de los clubes más grandes de la Argentina. Si tanto quieren a River, que paguen la cuota social, que paguen la entrada de la cancha, que no hagan más negociados con el club y que ayuden a reconstruirlo (podrían arrancar devolviendo un poco de todo lo que juntaron con Aguilar). No se dan cuenta estos tipos aún, que ante la situación de crisis de la institución se les acabó la mentira. Hoy en día está más que claro como contribuyeron a este presente paupérrimo de River (lo sabe hasta gente que no es de River) y celebro, realmente de corazón, que día a día van perdiendo cada vez más legitimidad en la cancha: ya nadie les canta sus canciones insultando a los jugadores que se hacen cargo de esta situación que ellos en parte crearon; ya nadie se queda callado cuando insultan a alguna platea; ya nadie celebra su ingreso al estadio como años atrás. En fin, día a día se van quedando cada vez más solos, porque ya ni en la misma popular saltan todos a defenderlos como antaño cuando los insultan: salvo por esos pobres idiotas útiles que piensan que River es esa mafia disfrazada de hinchada, nadie canta en su defensa (encima cada vez son menos). Si estos tipos realmente quisiesen a River pagarían la cuota para financiar al club, serian fiscales como cada socio de su presidente y no cómplices del vaciamiento como lo fueron con Aguilar. Son una mafia que mantenemos nosotros los socios para que nos “representen” en cualquier lugar (una de sus grandes excusas para existir). ¿Hace falta que existan Los Borrachos del Tablón para representarnos a los verdaderos hinchas de este club tan grande? No creo sinceramente, porque gracias a Dios River es lo suficientemente grande como para tener hinchas en todo el país, y tiene la capacidad suficiente como para llenar cualquier cancha, y no justamente gracias a la barrabrava.
En fin, sé bien que hablé más de la barrabrava que de Aguilar, pero a este último todo hincha de River lo tiene asociado a esta situación de crisis, por eso hice más hincapié en Los Borrachos del Tablón, no porque tengan más culpa que la dirigencia, sino para que quede en claro que ellos fueron cómplices y culpables también. A los verdaderos hinchas de River: basta de legitimar mafias que se enriquecen robando y violentando a River, y lo peor de todo, EN NOMBRE DE RIVER.
Mañana hay que ir a alentar a River con la confianza de siempre: River es de las cosas más grandes que hizo este país a lo largo de toda su historia. Hay que hacerle sentir el peso de nuestra historia, no a nuestros jugadores, sino al rival. Mañana hay que ir con fe ya que dos goles no es nada, hemos hecho más goles en noventa minutos: viendo nuestra historia, toda nuestra gloria, ¿cómo dudar de ganar mañana? Mañana el mundo entero espera que el Monumental salga a insultar y a meter presión a nuestros jugadores (hasta los grandes medios de comunicación impulsan eso). Señores, que no se confundan, mañana el Monumental va a salir en apoyo de nuestros jugadores y de nuestro equipo con la fe de que vamos a ganar la promoción y a quedarnos en primera: mañana Belgrano va a sentir el peso del club más grande la Argentina y de toda su gente. Mañana, AGUANTE RIVER!!
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